sábado, 18 de diciembre de 2010

Mi corazón es de tinta y celulosa.

Nadie guarda mejor mis secretos que mis cuadernos. Ellos no tienen boca con la que delatarme. Son fieles a mí. Por eso siempre abro mi alma en ellos, ¿qué sentido tendría mentirles? Han estado conmigo desde siempre, saben de mis miedos, de mis sueños, de mis debilidades. Antes de escribir en ellos, me quedo mirando unos instantes la hoja en blanco de papel, y para cuando paso a tinta mis pensamientos, ellos ya han adivinado en mis ojos todo lo que guardarán entre sus hojas.

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